Taxonomía y nomenclatura
Bos primigenius taurus (Linnaeus, 1758)
El ganado vacuno es la forma doméstica del uro (Bos primigenius primigenius), bóvido euroasiático actualmente extinto, cuyo último ejemplar conocido murió en 1627. Si bien el ganado vacuno puede ser encontrado nombrado como Bos taurus, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica considera que, si consideramos al uro la forma silvestre, debe prevalecer el nombre específico de la forma silvestre. En ese caso, la forma doméstica debe nombrarse como una subespecie de la misma: Bos primigenius taurus. Sin embargo, la controversia sobre el nombre correcto del ganado vacuno no parece cerrada (Wilson & Reeder 2005).
Información general
Originalmente se distribuía a lo largo de Europa, el Sur de Asia y el Norte de África. Sin embargo, la subespecie silvestre, el Uro, está extinta (Tikhonov 2008). A pesar de ésto, se han han realizado y están realizando en la actualidad esfuerzos por recrearla a partir de distintas razas domésticas (Heck 1951). Por otro lado, poblaciones ferales de Bos primigenius taurus, además de las presentes en Argentina, existen en varias regiones y países, entre ellos Australia, Nueva Guinea, Estados Unidos, Colombia, República Dominicana, Haití y además varias islas como Hawaii, Galápagos, Isla Juan Fernández y Reino Unido.
El uro (Bos primigenius primigenius) vivía principalmente en pastizales abiertos, en los bordes de los pastos de los lechos de los ríos y en menor medida, en los bosques (Heck, 1951). Por otro lado, el ganado vacuno se distribuye en gran parte de los ecosistemas terrestres, aunque principalmente en pastizales y sabanas, alimentándose fundamentalmente de hierbas y pastos.
La vaca es un animal grande, con cuerpo robusto, patas fuertes, gruesas y larga cola con pelos en su extremo distal. La parte occipital del cráneo forma un ángulo agudo con la cara. La parte anterior del cuerpo es más masiva que la posterior y la espalda es prácticamente recta. El pelaje es corto, suave y es más denso en invierno. La coloración puede variar de blanquecino a negro con tonos de rojo, marrón y beige (Long 2003). Otros pelajes observados son overos en todas sus variedades y hasta tricolor. Tanto machos como hembras presentan cuernos.
Si bien no existen datos sobre las poblaciones ferales de Argentina, el ciclo reproductivo de los bovinos está regulado, entre otros, por factores endócrinos y ambientales. Estos últimos ajustan las pariciones a los momentos de mayor oferta forrajera. La gestación dura 9 meses. Las pariciones se dan una vez al año. La madurez sexual se alcanza entre los 14/24 meses de edad, dependiendo de la raza y de la calidad de la nutrición del animal.
Hasta 15 individuos, normalmente 5 o 6.
Si bien no se han encontrado datos sobre área de acción de vacunos ferales de Argentina, en una isla de Japón se han reportado áreas de acción medias de 32 ha, sin diferencias entre sexos, las que no son exclusivas (Kimura & Ihobe 1985). Por otro lado, Lazo (1995), en el Parque de Doñana (España), encontró áreas de acción muy superiores, de 160 a 2.500 ha, pero nuevamente sin encontrar diferencias entre sexos.
En algunas estancias de Santa Cruz (Lago San Martín, Lago Cardiel) se organizan esporádicamente arreos de animales baguales, ya sea para incorporarlos a los corrales y ganar cabezas entre la población manejada o para reproducirlos con aquellos e incorporar genes con supuesto mayor vigor. Lo mismo ocurre en Tierra del Fuego, donde las poblaciones asilvestradas de Península Mitre son objeto de arreos (en particular en la Ea. Policarpo) para su comercialización. Esta actividad está circunscrita a las zonas de suelo firme donde se concentran los animales.
Información sobre invasión
A partir de 1550 hasta 1580, varias expediciones ingresan con ganado vacuno desde Potosí (actual Bolivia), Chile, Brasil y Asunción, a distintas localidades de Argentina. A la Patagonia ingresarían desde Buenos Aires, llevado por Hernandarias en el año 1618.
Un pequeño número es introducido desde Potosí a Tucumán por Juan Nuñez de Prado (1550), posteriormente en 1551 otros grupos de vacunos son traídos desde Santiago de Chile, también hacia el noroeste del país por Francisco de Aguirre, llegando a Santiago del Estero. En 1559 ingresan 7 vacas y un toro desde Brasil, con destino a Asunción, hacia donde también ingresan varios cientos de vacunos desde Santa Cruz de la Sierra. Desde Asunción el ganado es llevado a Santa Fe (1573), Chaco y Corrientes. En 1580 Juan de Garay lleva entre 300 y 500 vacunos para la refundación de Buenos Aires desde Asunción, estimándose para el año 1585 en 675 las cabezas de ganado en Buenos Aires. Recién en el año 1608 se considera abundante al ganado cimarrón, y el cabildo extiende la primera licencia para su explotación en lo que se llamaría las vaquerías. Finalmente, Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), en 1618, lidera una expedición a la Patagonia a la que lleva ganado, al cual libera en las orillas del Río Negro.
CONI, E. A. 1930. Historia de las vaquerías de Río de la Plata (1555-1750). Boletín de la Real Academia de la Historia 96:262-357.
FERNÁNDEZ, J. R., & J. C. RONDITA. 2006. Historia Argentina. Volumen 1. (1810 - 1930). Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe.
KREBS, M. 2018. Historia del ganado vacuno y los frigoríficos en la Argentina. http://www.historiacocina.com/paises/articulos/argentina/vacuno.htm
El ganado vacuno fue introducido por los españoles en el siglo XVI, habiendo ingresado las primeras cabezas entre el 1550 y 1551, desde Potosí, hacia Tucumán y de Santiago de Chile, también hacia el noroeste. Posteriormente ingresó más hacienda proveniente del Paraguay (1573; Fernández & Rondita 2006), y en 1580 llegan hasta 500 ejemplares a Buenos Aires con su refundación. Éstos encontraron en la zona pampeana condiciones favorables para reproducción, siendo abundante la población cimarrona hacia el año 1608. Finalmente, en 1618 es llevado a Patagonia y liberado deliberadamente a orillas del río Negro.
Históricamente, las poblaciones cimarronas ocuparon pastizales pampeanos, sabanas del Chaco húmedo y Chaco Seco y Espinal, y bosques fríos subantárticos. En los esteros de Iberá ocupan una pequeña área con lomadas al interior del humedal. En Yungas ocupan en un amplio rango altitudinal (300 a 3.000 msnm.). Por otro lado, en los bosques patagónicos se encuentran en amplia variedad de ambientes. Esto ocurre en los PN Nahuel Huapi y Lanín (Río Negro y Neuquén). En Santa Cruz ocupa zonas boscosas y ecotonales, incluyendo al PN Los Glaciares. En Tierra del Fuego se encuentran en zonas de ecotono y cordillera, coincidiendo con el bosque de lenga y ñire. Asimismo, ocupan Península Mitre, en el oriente de la isla. La ganadería extensiva que se practica en Argentina permite que animales domésticos, muchas veces en campos sin alambrados, se dispersen a otras zonas y eventualmente se conviertan en baguales.
Variable, dependiendo de cada zona. Son necesarios estudios específicos para conocer su tendencia en las distintas zonas de distribución.
Frecuente en áreas cordilleranas de matorral y de bosque en el Departamento Lago Argentino (PN Los Glaciares, zona sur y centro; valle del río de Las Vueltas; Lago del Desierto; Lago San Martín). En Santa Cruz central (PN Bosques Petrificados de Jaramillo) ocupan zonas de mallín. En Tierra del Fuego, zona de Reserva Corazón de la Isla, al norte del Lago Fagnano, en el bosque y vegas o turbales de Carex. También es frecuente en Península Mitre ocupando bosques de lenga, donde se observan claros sin regenerar por efecto del constante ramoneo, y turbales.
Se desconoce que existan programas de monitoreo sistemático del ganado cimarrón.
Por efecto directo, las vacas modifican la vegetación nativa por forrajeo y pisoteo, afectando la regeneración vegetal, alterando la abundancia de las especies y favoreciendo la presencia de plantas exóticas y/o ruderales. Por efectos indirectos de su actividad, aumentan la probabilidad de depredación de nidos de aves terrestres. También el pisoteo podría alterar las interacciones planta-polinizador, disminuir las poblaciones de insectos, roedores, aves nativas y finalmente producir una importante compactación, al mismo tiempo que favorecer la erosión del suelo. El ganado cimarrón compite por alimento y espacio con especies nativas, interfieriendo con algunas en peligro como el tapir (Chalukian 2003, Taber et al. 2008). El ramoneo ocasionado a los renovales afecta la dinámica de regeneración del bosque (Mazzini et al. 2018).
No existen estudios sobre el impacto económico de las poblaciones de vacas baguales en Argentina.
El ganado vacuno bagual puede ser reservorio y transmitir enfermedades a la fauna silvestre y al ganado doméstico. Los primeros agentes etiológicos mencionados fueron: el virus de la lengua azul, leptospirosis, brucellosis, tuberculosis, tricomoniasis y fiebre efímera bovina (Pastoret et al. 1988). Como ejemplo de enfermedades que han ingresado a mamíferos silvestres desde vacunos encontramos a la Brucelosis, probablemente contagiada a Alces y Bisontes del Parque Nacional Yellowstone por los mismos, a la sarna sarcóptica contagiada a zorros europeos y wombats en Australia, o la tuberculosis bovina (Daszak et al. 2000). También pueden ser portadores de toxoplasmosis (Toxoplasma gondii), la que al menos en camélidos sudamericanos puede provocar abortos en fetos (Serrano-Martinez et al. 2007). En Argentina existen casos de infección por Fasciola hepática en guanacos silvestres introducida por el ganado (Issia et al. 2009; Mera & Sierra et al. 2015)
Manejo
Control en el PN El Rey: Control mediante la caza con uso de armas de fuego. Empezó con la Resolución 384/1982 que permitía la eliminación del ganado sin detalles de método. En el año 2000 la APN aprueba mediante la Resolución 186/00 el Plan de Control de ganado orejano, que especifica la metodología de control con armas de fuego por parte de los guardaparques (Giménez et al. 2010).
Plan de erradicación de ganado bagual en el PN Los Glaciares: se puso en marcha en 2015 e involucra diferentes sectores. En la actualidad se está trabajando en 2 sectores:
- Brazo Rico: se trabaja desde 2015 con armas de fuego. Los trabajos están a cargo del personal del área protegida con la colaboración técnica de la Dirección Regional Patagonia Austral (DRPA). Sigue en ejecución
- Península Avellaneda: Convenio entre APN y la empresa Los Renovales del Sur. Iniciado en 2016, actualmente en ejecución. Los animales son acorralados y arreados hasta encerrarlos. Posteriormente son retirados de las zonas de invasión siendo trasladados a través del uso de barcas-jaula y, luego, a través del uso de camiones. Finalmente son dispuestos para su comercialización. La ejecución de las tareas del Plan está a cargo de la empresa permisionaria, la fiscalización en terreno está a cargo de la Intendencia del Parque y la supervisión técnica a cargo de la DRPA.
Tareas de control (periódicas) en la Ea. El Cóndor, Lago San Martín, Santa Cruz. Con el fin de disminuir la existencia de hacienda bagual y de conservar las formaciones boscosas de ciprés de las guaitecas (Pilgerodendron uviferum), conífera autóctona en peligro de extinción y cuyos renuevos son impactados por los vacunos (Serret A., com. pers.).
El ganado cimarrón se considera fauna silvestre y su manejo se enmarca en la Ley Nacional 22.421 y sus modificaciones y en las legislaciones que regulan a la Fauna Silvestre en las respectivas administraciones provinciales. La APN autoriza y fiscaliza la captura de ejemplares baguales dentro de los territorios bajo su jurisdicción. A pesar de ello, el transporte del producto obtenido (generalmente derivado de la faena) depende siempre de la autorización del SENASA, según lo establece el Capítulo XXVIII del Decreto Nº 4238/68 del Código Alimentario Argentino. Por otro lado, según la actual legislación vigente, debería ser considerada en el marco de la Ley Nacional 22.421, aunque normalmente esto no ocurre por cuestiones de costumbre.
Distribución y ocurrencia
Existen poblaciones de vacunos cimarrones en: Parque Nacional Los Glaciares, Parque Nacional Perito Moreno, Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo, Parque Nacional Los Alerces, Parque Nacional Nahuel Huapi, Parque Nacional Lanín, Parque Nacional Chaco, Parque Nacional Impenetrable, Parque Nacional Copo, Parque Nacional El Rey y Parque Nacional Iberá. También en los departamentos de Patiño y Bermejo (Ea. La Fidelidad, Formosa). También hay vacunos baguales en la zona de cordillera de Tierra del fuego, especialmente al norte del lago Fagnano, en la zona central de la isla en la Reserva Provincial Corazón de la Isla (30 km al este de la localidad de Tolhuin) y en la Península Mitre, extremo oriental de la isla.
Hay poblaciones conocidas en el Parque Nacional Los Glaciares, Parque Nacional Perito Moreno, Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo, Parque Nacional Los Alerces, Parque Nacional Nahuel Huapí, Parque Nacional Lanín, Parque Nacional Chaco, Parque Nacional Impenetrable, Parque Nacional El Rey, Parque Nacional Iberá y Reserva Provincial Corazón de la Isla (Tierra del Fuego). Quedaría por confirmar si en el Parque Nacional Copo las poblaciones que existen son asilvestradas o pertenecen a pobladores internos del mismo.
Proyectos
Sobre el ganado bagual en Argentina falta muchísima información. Es necesario conocer la extensión del área ocupada por la especie y su abundancia. Un aspecto crítico que es necesario conocer para un manejo adecuado, es saber cuáles son los valores de biodiversidad afectados y su grado de amenaza a nivel regional o nacional. Por otro lado, es fundamental conocer cómo valora y percibe la sociedad a las poblaciones cimarronas de esta especie. Esta evaluación tiene que hacerse en distintos sectores sociales y económicos. Entre las necesidades básicas de conocimiento, está, además del primero mencionado, el de sus áreas de acción, estructura social, potenciales depredadores, su nivel de adaptación local y diferenciación genética en cada una de las regiones donde se distribuye.
Bibliografía de referencia
ALVES, G. G. 2016. Campana y su frigorífico: la (in)dependencia económica de una Company Town (1883-1926). Tesis Maestría en Historia Económica y de las Políticas Económicas. Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires.
CHALUKIAN, S. C. 2003. Cattle Impact on Tapirs (Tapirus terrestris) in El Rey National Park, Salta, Argentina. Tapir Conservation Newsletter of the IUCN/SSC Tapir Specialist Group 12:6-7.
CONI, E. A. 1930. Historia de las vaquerías de Río de la Plata (1555-1750). Boletín de la Real Academia de la Historia 96:262–357.
DASZAK, P., A. A. CUNNINGHAM, & A. D. HYATT. 2000. Emerging infectious diseases of wildlife--threats to biodiversity and human health. Science 287:443–449.
FERNÁNDEZ, J. R., & J. C. RONDITA. 2006. Historia Argentina. Volumen 1. (1810 - 1930). Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe.
FUNES, M. C., ET AL. 2006. Diagnóstico del estado de conservación de la biodiversidad en el Parque Nacional Lanín: su viabilidad de protección en el largo plazo. Informe Final. Parque Nacional Lanín, San Martín de los Andes, Neuquén.
GIMÉNEZ, S., S. CHALUKIAN, L. LIZÁRRAGA, & S. DE BUSTOS. 2010. Erradicación y control de ganado vacuno asilvestrado (Bos taurus) en el Parque Nacional El Rey, Salta: Diez años de trabajo. XXIII Jornadas Argentinas de Mastozoología, Bahía Blanca, Argentina, Libro de Resúmenes.
HECK, H. 1951. The breeding-back of the Aurochs. Oryx 1:117-122.
ISSIA L, S. PIETROKOVSKY, J. SOUSA-FIGUEIREDO, J. R. STOTHARD, & C. WISNIVESKY-COLLI. 2009. Fasciola hepatica infections in livestock flock, guanacos and coypus in two wildlife reserves in Argentina. Veterinary Parasitology 165:341–344.
KIMURA, D., & H. IHOBE. 1985. Feral cattle (Bos taurus) on Kuchinoshima Island, southwestern Japan: Their stable ranging and unstable grouping. Journal of Ethology 3:39–47.
KREBS, M. 2018. Historia del ganado vacuno y los frigoríficos en la Argentina. http://www.historiacocina.com/paises/articulos/argentina/vacuno.htm
LAZO, A. 1995. Ranging behaviour of feral cattle (Bos taurus) in Donana National Park, SW Spain. Journal of Zoology 236:359–369.
LONG, J. L. 2003. Introduced mammals of the world: their history, distribution and influence, CSIRO Publishing, Victoria, Australia.
MAZZINI, F., M. A. RELVA, & L. R. MALIZIA. 2018. Impacts of domestic cattle on forest and woody ecosystems in southern South America. Plant Ecology 219:913–925.
MERA Y SIERRA, R., F. CANTERO, & M. GONZALEZ. 2015. Fasciola hepatica en guanacos y llamas en un establecimiento de Malargüe, provincia de Mendoza. Revista Argentina de Zoonosis y Enfermedades Infecciosas Emergentes, 46.
PASTORET, P. P., E. THIRY, B. BROCHIER, A. SCHWERS, I. THOMAS, & J. DUBUISSON. 1988. Diseases of wild animals transmissible to domestic animals. Revue Scientifique et Technique (International Office of Epizootics) 7:705–736.
SERRANO-MARTINEZ, E., ET AL. 2007. Evaluation of Neospora caninum and Toxoplasma gondii infections in alpaca (Vicugna pacos) and llama (Lama glama) aborted foetuses from Peru. Veterinary Parasitology 150:39–45.
TABER, A., ET AL. 2008. El Destino de los Arquitectos de los Bosques Neotropicales: Evaluación de la Distribución y Estado de Conservación de los pecaríes labiados y los Tapires de Tierras Bajas. Tapir Specialist Group, Grupo de Especialistas en Cerdos, Pecaríes e Hipopótamos de la Comisión para la Supervivencia de Especies (SSC), IUCN, Wildlife Conservation Society y Wildlife Trust.
TIKHONOV, A. 2008. Bos primigenius. The IUCN Red List of Threatened Species 2008: e.T136721A4332142.
WILSON, D. E., & D. M. REEDER (EDS). 2005. Mammal Species of the World. A Taxonomic and Geographic Reference (3rd ed). Johns Hopkins University Press, Baltimore, Maryland, USA.