Taxonomía y nomenclatura
Antilope cervicapra (Linnaeus, 1758)
Se reconocen cuatro subespecies: A. cervicapra cervicapra, A. cervicapra rajputanae, A. cervicapra centralis y A. cervicapra rupicapra (Csurhes & Fisher 2010)
Información general
El antílope negro es un mamífero originario de Asia, incluyendo Bangladesh, India, Nepal y Pakistán (Wilson & Reeder 1993; Long 2003).
Habita llanuras abiertas y áreas semidesérticas, aunque también es posible encontrarlo en bosques secos deciduos mezclados con pastizales, pastizales, riberas de ríos, matorrales y áreas cultivadas (Nowak 1991; Long 2003).
Las parte superior del cuerpo es marrón negruzca con partes blancas por debajo (la presencia de albinos puede ser común); parche blanco claramente definido alrededor de los ojos; hocico estrecho y blanco; orejas largas, blancas o crema; parche en el mentón blanco; frente a veces con manchas blanquecinas poco definidas; cola corta; cuernos anillados, retorcidos en espiral, 456–813 mm, puntiagudos desde las bases para formar 'V' por encima de la cabeza; parte exterior de las patas marrón negruzco. Las hembras y crías en general son de color café claro y amarillento (Nowak 1991; Long 2003).
La hembra alcanza la madurez a los 18 meses y el macho a los 3 años, pero se reproduce a los 5–7 años. Se reproducen durante todo el año y la temporada de apareamiento presenta dos picos de actividad anuales. El macho en época de celo establece un territorio de aproximadamente 25–100 ha y se vuelve agresivo. La gestación es de 6 meses y la hembra da a luz a una sola cría, y en algunos casos dos crías. Viven comúnmente entre 10–12 años en vida silvestre, y entre 15–16 años en cautiverio (Long 2003; Álvarez-Romero & Medellin 2005; Sánchez 2015).
Especie que habitualmente se encuentra en grupos variables de 4 individuos, hasta manadas de 50 o más individuos. También se pueden encontrar individuos solitarios.
Es considerada una especie sedentaria. Los machos son territoriales y ocupan entre 1-100 ha, con áreas de acción que varían entre 3,25-13,50 km2 (Long 2003).
Información sobre invasión
1906
Inicialmente se introdujo en la provincia de La Pampa. Posteriormente, en 1912 en Córdoba, Buenos Aires, Santa Fé, luego San Luis, Santiago del Estero y Entre Ríos. Finalmente Corrientes y Chaco fueron las últimas provincias en introducirlo.
PETRIDES, G. A. 1975. Guideline Principles to Govern the Importation of Hoofed Animals. Environmental Conservation 2:133–135.
NAVAS, J. R. 1987. Los vertebrados exóticos introducidos en la Argentina. Revista Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia Zoología 14:7–38.
LONG, J. L. 2003. Introduced mammals of the world: their history, distribution and influence. CSIRO Publishing, Victoria, Australia.
En Argentina el antílope negro fue introducido en cotos y establecimientos rurales principalmente para la caza deportiva (SIB 2018). Se cree que esta especie fue inicialmente introducida por Pedro Luro en La Pampa en 1906, sin embargo, hay escasa documentación al respecto.
Luego de la introducción de la especie en 1906, se realizaron sucesivas introducciones posteriores entre 1912 (Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires), 1940 (Buenos Aires) y 1960 (Santa Fé) y otras no documentadas (Petrides 1975), introduciendo el antílope negro en al menos nueve provincias del centro norte de Argentina donde la especie se estableció exitosamente. Más recientemente en Corrientes se introdujo a fin de la década del ‘90 y principios del siglo XXI en estancias de los departamentos de Esquina y Mercedes (Fabri et al. 2003, Cirignoli S., datos no publicados). En enero de 2018 se liberaron individuos en el centro oeste de la provincia de Santiago del Estero (cercanías de la localidad de Guampacha) producto de un allanamiento a un coto ilegal (Cirignoli S., datos no publicados).
El hombre colabora con la dispersión de la especie moviendo animales de un coto de caza a otro, y por negligencia cuando estos establecimientos tienen alambres o cercos perimetrales deficientes, provocando el escape de estos cérvidos hacia predios colindantes o áreas naturales. Existen poblaciones pequeñas de esta especie que deben ser tomados en cuenta ya que podrían dar origen a focos de invasión. Por ejemplo, existe una población silvestre en el departamento de Esquina, Corrientes que se está expandiendo lenta, pero progresivamente. Por otro lado, existen avistamientos ocasionales o históricos de ejemplares en los Esteros del Iberá (Corrientes) y el Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos) (Cirignoli S., datos no publicados).
En la última década se ha extendido por los pastizales serranos del norte de San Luis, el oeste de La Pampa y agroecosistemas del noreste de Buenos Aires.
La amplia y continua dispersión de la especie por motivos cinegéticos favorece el crecimiento y expansión de sus poblaciones por escapes desde los cotos de caza, y la escasez de depredadores naturales.
Existen escasos registros de abundancia, densidad y probabilidad de ocupación del antílope negro en Argentina. Por ejemplo, existen datos de ocupación en la provincia de Buenos Aires (Carpinetti 2001).
En la provincia de La Pampa y sur de San Luis la especie es muy abundante. En algunos lugares es considerada plaga agrícola pudiendo registrarse hasta más de 100 individuos en un cuadro.
En La Pampa en el año 2013 existió una gran mortalidad de individuos debido a las nevadas precipitadas durante el invierno (Kin M., datos no publicados).
En Argentina existe escasa información de los impactos sobre la biodiversidad nativa del antílope negro. Por otro lado, los antílopes pueden actuar de vectores de parásitos internos y externos (Thornton et al. 1973; Mertins et al. 1992) que pueden albergar una gran diversidad enfermedades que pueden poner en peligro la vida silvestre nativa (Ballari et al. 2016).
En Argentina se ha indicado que el antílope podría modificar directamente comunidades vegetales, alterar la dinámica poblacional de depredadores (ej. puma Puma concolor) y competir con especies de herbívoros nativos (e.j. mara Dolichotis patagonum, ñandú Rhea americana) (Álvarez-Romero & Medellin 2005; Cabrera 2015; Sánchez 2015).
En Argentina existe escasa información referida a los impactos sobre la agricultura. En su rango nativo, el antílope puede dañar los cultivos agrícolas (e.g. sorgo), pero en general sus efectos no son significativos (Chauhan & Singh 1990; Jhala 1993). Debido al gran número de individuos presentes en algunos sitios de La Pampa y San Luis, no es posible para los productores realizar siembra de pasturas para el ganado (Kin M., datos no publicados). Por otro lado, el antílope negro puede ser vector de enfermedades y parásitos que pueden ser transmitidas al ganado ocasionando pérdidas económicas (Thornton et al. 1973; Mertins et al. 1992; Ballari et al. 2016).
Los antílopes pueden actuar de vectores de parásitos internos y externos que pueden albergar una gran diversidad enfermedades que pueden poner en peligro la vida silvestre nativa y que pueden ser transmitidas al ganado (Thornton et al. 1973; Mertins et al. 1992; Ballari et al. 2016).
Manejo
El Monitoreo del Plan de Control de Mamíferos Exóticos Invasores en el Parque Nacional El Palmar (PNEP) iniciado en el año 2006 incluyó como uno de los objetivos principales reducir las poblaciones de antílope negro. Si bien al momento que se planteó el inicio de dicho plan de control ya no existían registros de antílope negro dentro de los límites del PNEP, igualmente se lo incluyó como medida precautoria debido a que la especie mantiene una población estable en estancias agrícola-ganadero-forestal vecinas al mismo con un alto potencial de recolonizar nuevamente el área protegida (Gil 2007).
Buenos Aires: Decreto 279/18, Regula la Caza deportiva, comercial y de control de especies silvestres en la Provincia de Buenos Aires, considera al antílope negro especie de caza mayor y plaga.
Corrientes: Disposición 247/18, Incluye a la especie en la Disposición de Caza deportiva, que se renueva en forma anual.
Entre Ríos: Resolución 234, Ley 4841, regula y reglamenta la caza.
Entre Ríos: Resolución APN N° 154/2005, Aprueba el Plan de Control de Mamíferos Exóticos Invasores en el Parque Nacional El Palmar
La Pampa: Artículo 16, Ley Ambiental 1914 autoriza práctica de caza control si el aumento numérico de la población causare problemas sobre actividades económicas, salud pública o ambiente (Disposición 467/13, Gobierno La Pampa). El Decreto Reglamentario a la Ley 1194 establece período de caza con autorización especial de la Dirección de Recursos naturales.
Santa Fé: Resolución Ministerio del Medio Ambiente 204/17, Incluye la especie para la caza de control.
Distribución y ocurrencia
El antílope negro en Argentina posee poblaciones presentes en cotos de caza, establecimientos agrícolas y áreas protegidas. La mayor parte de estas poblaciones están presentes en cotos de caza y establecimientos agrícolas para su aprovechamiento cinegético, motivo por el cual fue introducido al país. En particular, se ha registrado la presencia de antílope en al menos 11 provincias (ver abajo) del centro-norte del país. La presencia de alambrados y cercos perimetrales no son una barrera infranqueable en muchas ocasiones para esta especie, lo que provoca que pueda establecer poblaciones silvestres y así dispersarse libremente. La falta de controles y regulaciones para el movimiento e ingreso de animales a nuevas áreas de caza, sumado a las deficientes barreras físicas para evitar sus escapes, hace prever que la especie podría aumentar su área de distribución así como también su presencia en nuevas provincias y ecorregiones. En Chaco se indica la presencia de la especie en la ciudad de Castelli (SIB 2018), sin embargo, no existe ninguna evidencia registrada de avistamientos.
Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos) – circunstancial, registro histórico
Reserva Natural Provincial Iberá (Corrientes) – ocasional
Refugio de Vida Silvestre Piedra del Agua (San Luis) – confirmada
Reserva Provincial Parque Luro (La Pampa) – confirmada
Proyectos
Plan de Control de Mamíferos Exóticos Invasores en el Parque Nacional El Palmar
Sus scrofa, Axis axis, Antilope cervicapra
Intendencia del Parque Nacional El Palmar (elpalmar@apn.gov.ar).
El antílope negro ha sido hasta el momento escasamente estudiado en Argentina. De acuerdo a sus características biológicas y antecedentes de impactos en su rango de distribución nativa se sugieren diferentes líneas de investigación: a) estudiar su impacto sobre cultivos; b) evaluar su rol como vector de parásitos y enfermedades con potencial impacto negativo sobre la fauna nativa, ganado y el ser humano; c) estudiar las interacciones con fauna nativa en relación a la competencia por herbivoría y territorio, d) estudiar aspectos generales de su biología y ecología en su rango exótico para compararlos con su rango nativo.
Bibliografía de referencia
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