Taxonomía y nomenclatura
Felis sylvestris catus Linnaeus, 1758
La derivación evolutiva de la especie es relativamente reciente y muchos autores la consideran solo una subespecie (Felis silvestris catus) ya que en ambientes donde coexisten, al cruzarse con F. s. lybica producen progenie fértil. Otros autores lo consideran una especie separada (Felis catus) debido a su historia evolutiva reciente, su larga asociación con humanos y la presencia de una firma genética única, aunque como han notado Macdonald et al. (2010), en términos de procesos biológicos y filogenia, la determinación entre especie y subespecie es arbitraria.
Información general
Registros de restos asociados a excavaciones arqueológicas apoyados por evidencia genética y morfológica sugieren que la domesticación del gato de su pariente el gato silvestre africano (Felis silvestris lybica) debe haber ocurrido hace unos 9–10.000 años en la región de la Media Luna Fértil del Oriente Cercano (Driscoll et al. 2007; Macdonald et al. 2010). Este hecho pudo relacionarse con el aumento de la agricultura y la subsecuente necesidad de proteger las cosechas de roedores. Probablemente, los gatos silvestres se acercaron a zonas de acumulación de granos/residuos y el humano aprovechó las habilidades cazadoras para proteger su producción, tomando cachorros para criarlos en cautividad (Wilson & Mittermeier 2009).
El gato doméstico es el carnívoro más exitoso del mundo. Existen poblaciones residentes de gatos domésticos en todos los continentes excepto Antártida y también hay poblaciones en islas oceánicas. Los gatos pueden sobrevivir en casi todos los ambientes, desde el desierto sub-sahariano hasta las islas subantárticas con o sin cuidado humano. Se estima que al menos 500 millones de gatos domésticos son mantenidos como mascota en el mundo y se calculan varios millones más viviendo con escaso contacto humano o completamente asilvestrados.
F. s. catus es uno de los miembros más pequeños de la familia Felidae. Depredador ágil y eficiente, con adaptaciones morfológicas como un cuerpo flexible, gran visión, garras retráctiles, dientes afilados y una cola larga y flexible que ayuda al equilibrio. De coloración variada que incluye diversas tonalidades de marrón, negro y blanco en patrones manchados, rayados y lisos. Las poblaciones asilvestradas presentan adaptaciones que estarían asociadas al hábitat donde viven, presentando pelajes largos y densos en zonas frías y cortos en ambientes más cálidos. Existen más de 100 razas de gatos domésticos, en su mayoría de tamaño similar, con largo medio de 76,5 cm.
Las gatas alcanzan la madurez sexual en promedio a los 6 meses, mientras que los machos a los 10. Las hembras son poliéstricas estacionales, variando la cantidad de celos según las condiciones ambientales, generalmente son dos al año. El estro completo dura aproximadamente 15 días y el período de gestación de 62 a 64 días. El número promedio de cachorros por camada es entre 3 y 6.
No existen datos al respecto para gatos asilvestrados.
Los gatos se siguen utilizando en la actualidad en ambientes urbanos y periurbanos como controladores de roedores. Es por eso que muchas veces hay poblaciones semi domésticas en sembradíos y silos de acopio de granos.
Información sobre invasión
No existen registros de la fecha de introducción de los gatos, pero de acuerdo a lo descripto a nivel global (Nogales et al. 2004), probablemente haya ingresado con los primeros colonizadores. Existe diversos registros publicado de poblaciones asilvestradas: Siglo XIX (Isla Grande de Tierra del Fuego), mediados del Siglo XX (Islas Tova y Tovita)
Desconocido. Existe diversos registros publicados: Isla Grande de Tierra del Fuego (Lizarralde & Escobar 2000); distintas áreas protegidas nacionales del país (Merino et al. 2009); Isla Observatorio cercana a Isla de los Estados (Raya Rey com. pers.) e Islas Tova y Tovita, Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, SE de la provincia del Chubut (Udrizar Sauthier et al. 2017).
Existe un asilvestramiento progresivo a partir de poblaciones domésticas, con individuos utilizando cada vez más ambientes silvestres hasta lograr la independencia del humano, en general producto del mal manejo o la tenencia no responsable. En muchos casos, a pesar de todavía depender de los humanos, muchos individuos desarrollan hábitos como depredadores afectando a la fauna nativa.
Existen diversas evidencias de presencia de gatos domésticos luego de la colonización de América, sin embargo, no hay datos precisos sobre su introducción en Argentina.
LIZARRALDE, M. S., & J. ESCOBAR. 2000. Mamíferos exóticos en la Tierra del Fuego. Ciencia Hoy 10:52–63.
MERINO, M. L., B. N. CARPINETTI, & A. M. ABBA. 2009. Invasive mammals in the national parks system of Argentina. Natural Areas Journal 29:42–49.
UDRIZAR SAUTHIER, D., G. PAZOS, G. CHELI, & F. CORONATO. 2017. Mamíferos terrestres en islas del Atlántico sudoccidental, Patagonia, Argentina. Mastozoología Neotropical 24:251–256.
Posiblemente los gatos hayan arribado junto a humanos como mascotas, comensales o control de plaga con los primeros colonizadores (Nogales et al. 2004; Valenzuela et al. 2014; Ballari et al. 2016). En algunos casos de islas alejadas han sido llevados por personal militar o a cargo de los puestos/faros (Anderson et al. 2006). Para las Islas Tova–Tovita probablemente con los recolectores de algas hacia la década de 1970, aunque no puede descartarse un origen anterior, ya que las islas fueron colonizadas por factorías francesas a mediados del siglo XIX (Udrizar Sauthier et al. 2017). En todos los casos, los animales se deben haber asilvestrado producto de escapes o abandonos.
El gato doméstico ha sido introducido en todo el país como animal de compañía y/o con fines de control de roedores. Las condiciones reproductoras de esta especie, en combinación con las características generales de los felinos, como plasticidad alimentaria y tolerancia a diversos ambientes, le han dado una adaptabilidad extrema a todo tipo de hábitats. Es por este motivo, si bien no existen eventos registrados de introducción, si los hay de presencia sugiriendo que han existido varios eventos de introducción y se puede considerar que la especie ha colonizado exitosamente buena parte del territorio argentino, principalmente en las periferias de centros urbanos, establecimientos rurales hasta incluso casas aisladas.
Para el caso de poblaciones en islas, los gatos han sido transportados en embarcaciones probablemente con pobladores de las mismas.
Los gatos son animales muy adaptables a diversos ambientes y condiciones climáticas. Se puede considerar que hay poblaciones estables de gatos domésticos, semi-domésticos o ferales en todas las zonas urbanas y periurbanas, además de que seguramente se encuentran en ambientes naturales comunidades que no han sido registradas metódicamente, pero donde seguramente causan un gran impacto en las especies nativas.
En Tierra del Fuego se encuentran tanto en el bosque andino patagónico como en la estepa patagónica y en las Islas del Atlántico Sur.
En el caso de las islas Tova-Tovita, se trata de una estepa arbustiva dominada por zampa (Atriplex) y jume (Suaeda divaricata) con especies herbáceas y cactáceas. El suelo es arenoso con frecuentes afloramientos rocosos.
Si bien no existen estudios específicos para Argentina, analizando tendencias poblacionales mundiales es altamente probable que las poblaciones de este felino se encuentren en franca expansión en ambientes silvestres.
No existen evaluaciones de abundancia o densidad de la especie, pero se puede considerar que es extremadamente común. Existen diversos registros de individuos en las diferentes áreas protegidas del país (Merino et al. 2009). En las islas Tova–Tovita se han visibilizado al menos tres ejemplares adultos, identificados por su diferente pelaje, y dos cachorros muertos (que indican reproducción), mientras que en Isla Observatorio (TDF) se trata de un solo ejemplar abandonado por personal relacionado con el faro. En 2008 existían al menos 15 individuos asilvestrados en el Lago Chepelmut, Reserva Provincial Corazón de la Isla, Tierra del Fuego (Valenzuela A., datos no publicados). En 2019 se detectó por primera vez un individuo asilvestrado en el Parque Nacional Tierra del Fuego (Rodríguez Planes L., datos no publicados).
El principal impacto de los gatos es la depredación sobre las especies nativas, por lo general subestimada, alcanzando billones de aves, roedores y reptiles anualmente solo en Estados Unidos (Loss et al. 2013; Mcruer et al. 2016). En las islas del SE del Chubut y Archipiélago Fueguino, afectan las poblaciones de aves marinas nidificantes por predación. Además, pueden afectar a los carnívoros nativos, ya que presentan un gran potencial para competir por los recursos. Las incursiones al ambiente natural de gatos domésticos favorecen la transmisión de enfermedades interespecíficas, potencialmente devastadoras para especies nativas (Funk et al. 2001). Adicionalmente los gatos domésticos pueden generar hibridación con felinos silvestres de pequeño porte (Wayne & Brown 2001), ya documentado en gato montés (Sunquist & Sunquist 2002) y también podría darse esta situación con otras especies. La hibridización puede derivar en que una especie nativa, de menor densidad poblacional, sea obliterada genéticamente, extinguiéndose localmente (Campton 1987; MacDonald et al. 2010).
El control poblacional que ejercen los gatos domésticos sobre las poblaciones de ratas en zonas de producción alimentaria seguro produce un efecto positivo para el productor.
En algunas zonas como Australia o regiones insulares, se llevan a cabo costosos programas que apuntan a reducir las poblaciones de gatos peri-domésticos o ferales a través de la captura-castración-liberación o a la matanza de individuos (Anderson et al. 2004; Robertson 2008).
El gato doméstico es portador de numerosas enfermedades que pueden ser transmitidas al ser humano o a otros animales silvestres. Entre las enfermedades zoonóticas se destacan la rabia y el parásito Toxoplasma gondii que si bien puede ser transmitido por numerosas vías (Perez et al. 2011), las más comunes se encuentran asociadas a las heces de gatos, ya sea por contacto directo o por consumo de carne contaminada.
Manejo
No existen.
No existe un marco legal para los gatos domésticos.
Distribución y ocurrencia
Teniendo en cuenta la falta de percepción negativa en la Argentina, la gran mayoría de los gatos domésticos tienen vida libre ya que no se utiliza la práctica de mantener a los gatos encerrados, siendo común verlos andar por lugares urbanos a cualquier hora del dia o la noche. Esto deriva en comunidades de gatos semi-domésticos que pueden ser considerables, generalmente asociadas a espacios abandonados (como edificios viejos, baldíos y basurales). Además, estos constituyen la fuente de individuos para las poblaciones ferales.
Si bien son escasos los registros de presencia de esta especie en Argentina, las características reproductivas y ecológicas de la misma hacen suponer que los gatos ferales podrían estar ocupando diversos ambientes naturales y peri-urbanos, además de comunidades en zonas urbanas, haciendo que sea probable que su distribución sea casi continua en el país.
El impacto de los gatos domésticos en ambientes insulares ha sido ampliamente reconocido, sobre todo en asociación al impacto sobre especies que no presentan comportamientos de huida adecuados.
Existen diversos registros de gatos ferales, semidométicos y domésticos en varias áreas protegidas nacionales y provinciales. En algunos casos dicha presencia obedece a que son animales mascotas de pobladores, e incluso de los propios guardaparques. Se ha registrado la presencia de poblaciones ferales o semidomésticas en las siguientes áreas protegidas:
Reserva Natural Isla Martín García (Buenos Aires)
Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral
Parque Nacional Iguazú (Misiones)
Parque Nacional Los Arrayanes (Neuquén)
Parque Nacional Nahuel Huapi (Neuquén/Río Negro)
Parque Nacional Tierra del Fuego (Tierra del Fuego)
Reserva de la Biosfera Ñacuñán (Mendoza)
Reserva Provincial Corazón de la Isla (Tierra del Fuego)
Reserva Natural y Reserva Provincial Isla de los Estados (Tierra del Fuego)
Proyectos
Debido a la falta de registros e investigaciones, es necesario generar mapas de distribución de la especie ya sean poblaciones ferales o semidoméstivas de movimiento libre, como así también su abundancia. Asimismo, son necesarias evaluaciones del impacto de los gatos sobre la fauna nativa y evaluación de la misma ante la presencia de este predador (ya sean presas o competidores). En particular, estas evaluaciones de impacto cobran especial importancia en zonas insulares con gatos asilvestrados. También son necesarias evaluaciones de potencialidad de hibridación con otros gatos nativos, estableces métodos de manejo/control de las poblaciones ferales y semidomésticas que sean realmente efectivos, y análisis de la dimensión social (representaciones, etc.) de la especie y su manejo. En particular es importante el desarrollo de programas de educación, tenencia responsable y concientización sobre los riesgos de esta especie en estado asilvestrado sobre las comunidades nativas.
Bibliografía de referencia
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